El deterioro cognitivo leve también llamado demencia incipiente o deterioro cognitivo aislado, provoca trastornos de la memoria asociados con otros problemas cognitivos, más severo que la decadencia cognitiva normal provocada por el envejecimiento pero bastante marcado para ser medido sin efectos significativos en la vida cotidiana.
Un deterioro cognitivo leve representa un estado cognitivo intermedio entre la pérdida natural de facultades debido al envejecimiento y las alteraciones fuertes de enfermedades neurodegenerativas.
Una persona progresivamente pierde con la edad ciertas facultades intelectuales particularmente su memoria, en un proceso de envejecimiento completamente normal.
En un deterioro cognitivo leve, la alteración de la memoria es mayor, situación que puede corresponder en este caso a un estadio precoz de una enfermedad neurovegetativa. Esta alteración de la memoria es moderada pero significativa, aparecen lagunas de memoria, olvido de palabras corrientes con una memoria verbal afectada y olvido de los objetos corrientes de la vida cotidiana. Pero las funciones cognitivas son preservadas, ninguna manifestación de demencia es comprobada y la persona es autónoma.
Un trastorno cognitivo leve presenta ciertas similitudes comunes con la enfermedad de Alzheimer. En efecto, una IRM revela en este caso la presencia de placas amiloides características de demencias, así como una disminución del volumen del hipocampo, la zona cerebral sede de la memoria.
El deterioro cognitivo leve expone un aumento del riesgo de desarrollar una demencia de tipo Alzheimer, según los estudios de aproximadamente el 50 % de los casos en 5 años.
Un metaanálisis de los estudios, que busca identificar los factores predictivos de una evolución lenta en las personas con un déficit cognitivo leve, es publicado en 2015 en "The American Journal of Psychiatry".
Este metaanálisis muestra que ciertas patologías como el síndrome metabólico, la diabetes o patologías psiquiátricas como la depresión constituyen factores que pueden, en asociación con un deterioro cognitivo leve, aumentar el riesgo de demencia.
Realizar la dieta mediterráneo (poca carne y productos lácteos, bastante pescado, frutas, verduras y cereales) es asociado a una disminución del riesgo de evolución hacia la enfermedad de Alzheimer en los pacientes que presentan un deterioro cognitivo leve. Por otra parte, una alimentación baja en folatos aumenta el riesgo de este déficit.
Este estudio concluye en recomendaciones concretas para disminuir la incidencia de la enfermedad de Alzheimer en las personas con deterioro cognitivo leve de tipo amnésico.
La detección y el tratamiento de una diabetes son medidas indispensables para prevenir un deterioro cognitivo leve.
Una alimentación basada en la dieta mediterránea y enriquecida en folatos es aconsejada.
El tratamiento de problemas psiquiátricos, particularmente de la depresión, es fuertemente recomendada.