Síntomas y tratamiento de la púrpura

La púrpura es una lesión hemorrágica de la piel o las membranas mucosas que provoca el color púrpura. Esta enfermedad se debe a una fuga anormal de los glóbulos rojos de los vasos sanguíneos que después se acumulan en el tejido circundante. En términos específicos, este fenómeno se llama extravasación y puede ser secundario a una serie de mecanismos, incluyendo la inflamación de la pared de los vasos sanguíneos (púrpura vascular) o debido a una disminución en el número de plaquetas (púrpura trombocitopénica idiopática, PTI).

Causas de la enfermedad púrpura

Entre las causas de la inflamación de las paredes, se encuentran diversas enfermedades como infecciones, cáncer, trastornos de la sangre, la ingesta de ciertos medicamentos o enfermedades inflamatorias de los vasos sanguíneos. La púrpura no debe confundirse con moretones o telangiectasia (dilatación de capilares pequeños); la diferencia radica en el hecho de que las lesiones purpúricas no desaparecen al presionar la zona en cuestión. La púrpura es un signo clínico que requiere una rápida consulta. En los niños que tienen síndrome meníngeo, fiebre, dolor de cuello y dolores de cabeza, la búsqueda de la púrpura es un imperativo, ya que es un signo de la púrpura fulminante (también conocida por el nombre de púrpura gangrenosa), que aparece y se propaga rápidamente, en relación con la meningitis meningocócica debe tratarse con urgencia.

Síntomas y tipos de púrpura

La púrpura se manifiesta por la aparición de manchas en la piel rojas o moradas que pueden tomar diferentes aspectos: equimosis (grande), petequia (en forma de puntos) o vibice (tipo de estrías lineales). Paralelamente, se deben buscar otros signos que puedan orientar hacia el origen de la púrpura como un síndrome meníngeo o signos hemorrágicos, frecuentemente a nivel de las encías. También es importante la ubicación de la púrpura.

Cómo se detecta la púrpura

El diagnóstico de la púrpura es generalmente clínico. Se reconoce por la presencia de lesiones que no desaparecen con la vitropresión, es decir, al pulsar sobre ella. A través de un análisis de sangre se puede conocer el nivel de plaquetas, es esencial para definir la causa. En general, el diagnóstico debe ser rápido y guiado por la naturaleza de las lesiones y su localización. Algunas formas de púrpura no son peligrosas pero, como ya se ha mencionado, la presencia de hemorragias o de síndrome meníngeo son signos de alarma.

Cuál es el tratamiento para la púrpura

El tratamiento para curar la púrpura depende de su causa. En caso de signos hemorrágicos es probable que las transfusiones sean necesarias, mientras que con una púrpura fulminante, además de que una hospitalización es indispensable, será necesario iniciar la terapia con antibióticos. Otros tratamientos de la púrpura dependerán de las causas identificadas.

Foto: © Andy Lidstone – Shutterstock.com

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