Flujo vaginal patológico: cuando debemos consultar

Cambios en el flujo

  • Los cambios que nos deben hacer sospechar que algo anormal está ocurriendo son los siguientes:
    • Cambios en el color.
    • Cambios en el olor.
    • Cambios en la consistencia.
    • Cambios en la cantidad del flujo.
  • A menudo estos cambios se acompañan de síntomas como ardor, picazón (prurito), inflamación u otras molestias.
  • En estos casos estamos, probablemente, frente a un flujo patológico que se debe a alguna infección o a un mayor desarrollo de la flora endógena propia de la vagina.

Flujos anormales provocados por hongos

  • El flujo provocado por la Cándida Albicans es uno de los más frecuentes.
  • Es un flujo blanco y grumoso, que se parece a la leche cortada, que causa picazón y suele pegarse a las paredes de la vagina.
  • Aparece especialmente durante el período pre-menstrual.

Flujos anormales provocados por parásitos

  • Los más típicos son las tricomonas, que pueden adquirirse por transmisión sexual.
  • El color del flujo es amarillo verdoso.
  • Es más frecuente en los días posteriores a la menstruación.
  • La vulva y los órganos genitales femeninos externos pueden estar irritados y adoloridos y es posible que el coito provoque dolor.

Flujo anormal provocado por la vaginosis bacteriana

  • Se debe a la presencia de un germen llamado Gardnerella, que se transmite sexualmente.
  • El flujo es de color blanco grisáceo y tiene un fuerte olor fétido, como a pescado.
  • La gardnerella, asociada a otros gérmenes llamados anaeróbicos, produce lo que algunos autores llaman la catástrofe ecológica de la vagina.
  • En estos casos se ataca a los anaerobios de los cuales se alimenta la gardnerella.

Otras causas de flujo vaginal anormal

  • Otras causas de flujo anormal no son tan evidentes.
  • Estos gérmenes en ocasiones son asintomáticos.
  • Entre ellos encontramos la Clamidia, el Micoplasma y el Ureaplasma.
  • La Clamidia provoca una infección que puede ascender desde la vagina y el cuello del útero hacia al útero y las Trompas de Falopio, produciendo infecciones altas que si no son bien tratadas pueden dejar secuelas de infertilidad.
  • Otra bacteria de transmisión sexual es el monococo que da un flujo purulento: puede localizarse en el cuello del útero y dar síntomas urinarios. El diagnóstico definitivo se logra a través del cultivo de la secreción.

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