La gripe es una enfermedad viral infecciosa y contagiosa. Es causada por el virus llamado influenza o myxovirus influenza, del que existen muchas variantes que están sujetas a mutaciones cada año; de ahí la necesidad de adaptar la vacuna preventiva cada año. Las epidemias se manifiestan en forma de episodios. La gripe se declara sin embargo en Francia mayoritariamente al final del otoño y durante el invierno. Particularmente grave entre las personas frágiles (niños, personas de edad, personas sin respuesta inmunitaria) es la causa de varios miles de defunciones cada año. La enfermedad se transmite por vía aérea, especialmente a través de la tos.
La enfermedad tiene síntomas característicos. No necesariamente aparecen todos al mismo tiempo.
Los síntomas de la gripe son:
Por lo general, el comienzo de la gripe es brutal.
Aparición de una fiebre elevada superior a los 39 grados, incluso 40 grados acompañada de escalofríos. El virus gripal: la fiebre baja transitoriamente el cuarto día y vuelve a subir el quinto y sexto día, luego desaparece enseguida.
Por lo general, una fatiga extrema necesita un descanso médico por varios días.
Puede aparecer diarrea o vómitos.
Los síntomas persisten entre 2 y 4 días.
La gripe evoluciona muy favorablemente con la desaparición de los síntomas en la mayoría de las personas afectadas.
La gripe puede provocar complicaciones más o menos severas y algunas veces mortales en personas con pocas defensas inmunológicas.
Puede aparecer una sinusitis o una bronquitis en la fase de remisión de la gripe.
El diagnóstico se establece después de un interrogatorio donde el paciente explica los signos clínicos; el examen clínico muestra pocos signos objetivos. Una consulta simple con el médico es suficiente para establecerlo.
La evolución natural es hacia la curación en menos de una semana. La tos y el cansancio pueden durar a veces más tiempo. El tratamiento de la gripe es el reposo y sintomático con:
Si no estamos ante un paciente frágil o han aparecido complicaciones no es necesario ningún otro tratamiento. Los antibióticos no se deben utilizar en esta patología viral.
La higiene simple puede ayudar a prevenir la enfermedad:
Estas precauciones no son eficaces al 100 %.
Existe una vacuna contra la gripe. Se recomienda la vacunación, durante el invierno, en los mayores de 65 años, en los niños tratados con aspirina a largo plazo, las personas debilitadas y el personal de salud. La generalización de la vacunación tiende a proteger a los más frágiles.