Gota - Crisis típica

La gota ocurre cuando se acumula demasiado ácido úrico en el cuerpo. Esto puede provocar depósitos de cristales de ácido úrico en las articulaciones, frecuentemente se acumulan en el dedo gordo del pie.

Qué es la gota

La gota es una forma de artritis muy dolorosa. Por lo general, la hinchazón del dedo gordo es el primer síntoma de gota. El dedo suele estar enrojecido e hinchado.

El dolor aparece repentinamente y, por lo general, por la noche. Este ataque puede despertar a la persona cuando está durmiendo.

Síntomas de la gota en los pies

La gota puede causar dolor, hinchazón, enrojecimiento, calor y rigidez en la articulación afectada.

El dolor se puede definir como una sensación de presión o de desgarramiento y pulsante. La persona tiene dificultades para levantarse, tiene una sensación de frío y no tolera ninguna clase de paño encima.

También pueden aparecer bultos debajo de la piel o la aparición de piedras (cálculos) renales debido a los cristales de ácido úrico en los riñones.

Cuánto tiempo dura la crisis de gota

La crisis aguda de gota dura aproximadamente de 3 a 10 días. Puede ser que el siguiente ataque ocurra meses o hasta años después.

Por lo general, los primeros ataques mejoran dentro de un periodo de 3 a 10 días, sin importar si se inició un tratamiento o no.

Articulaciones afectadas por la gota

Por lo general, durante las primeras crisis, el paciente presenta dolor en una sola articulación. Pero después, otras articulaciones pueden ser afectadas.

Además del dedo gordo del pie, la gota también puede afectar el arco del pie, tobillos, talones y rodillas. Asimismo, puede atacar muñecas, dedos de la mano y codos. La articulación afectada presenta los mismos síntomas descritos en el caso de dolor en el dedo gordo del pie.

Síntomas de la gota

Algunos de los síntomas generales son fatiga, fiebre y escalofríos.

Los síntomas inflamatorios incluyen enrojecimiento del dedo gordo del pie, sensación de ardor y edema o hinchazón notoria.

La cadera y la columna vertebral no son afectadas ni presentan ningún síntoma.

Foto: © iStock.

Diagnóstico de la gota

  • Es posible determinar un diagnostico clínico si el paciente presenta crisis recurrentes y también hiperuricemia.
  • Este diagnóstico clínico debe ser confirmado por la presencia de micro cristales de ácido úrico en el líquido sinovial de la articulación afectada o por la presencia de tofos (critales de ácido úrico en el tejido subcutáneo).
  • La EULAR señala que la presencia, en un período entre crisis, de micro cristales de ácido úrico en las articulaciones que no presentan síntomas podría confirmar el diagnóstico de gota.
  • Es necesario tener en cuenta que el paciente puede presentar un cuadro de gota y de artritis séptica al mismo tiempo. En estos casos, la EULAR recomienda realizar una coloración Gram y cultivos. Estos exámenes deben realizarse incluso si ya se han identificado cristales de ácido úrico. Del mismo modo, también es válido buscar la presencia de cristales de ácido úrico en el caso de artritis inflamatoria.
  • Según las recomendaciones de la EULAR, es necesario interpretar los resultados de los análisis de sangre ya que un nivel elevado de ácido úrico no siempre indica un caso de gota. Del mismo modo, un nivel normal de ácido úrico no siempre descarta esta enfermedad.
  • Finalmente, en el caso de pacientes con familiares que han padecido de gota desde muy temprana edad o de pacientes que han padecido ellos mismos una crisis de gota antes de los 25 años es necesario:
    • Realizar análisis de orina para medir la cantidad del ácido úrico eliminado por el hígado.
    • Descartar una litiasis renal..

Tratamientos de la gota

Las principales recomendaciones de la EULAR para el tratamiento de la gota son las siguientes:

  • Esta organización recomienda tratamientos farmacológicos y no farmacológicos adaptados a los factores de riesgo (edad, sexo, obesidad...) y a la fase clínica (gota aguda, recurrente, etc...).
  • El paciente debe respetar ciertas medidas higiénico-dietéticas (perder peso en caso de obesidad, disminuir el consumo de alcohol).
  • Por lo general, el tratamiento de la gota empieza con el consumo de colchicina (3x0,5 mg/jdía son suficientes, una dosis más alta puede provocar efectos secundarios) o de antiinflamatorios no esteroideos (AINES).
  • En el caso de una crisis aguda, se pueden tomar dos medidas que resultan bastante eficaces y tolerables para el paciente: la punción articular y la inyección de corticoides de larga duración.
  • Un tratamiento hipouricemiante (el Alopruinol, por ejemplo) está indicado en casos de crisis recurrentes, artropatías o en casos de aparición de tofos o de signos de gota en los exámenes de rayos x.
  • El objetivo de este tratamiento es disminuir los niveles de ácido úrico para favorecer la disolución de los cristales o prevenir su aparición lo cual es posible si se mantiene un nivel de ácido úrico inferior a 360 micromol/ml o 60 mg/L.
  • El probenecid o la sulfinpirazona pueden ser utilizados como un tratamiento alternativo al tratamiento con allopurinol en aquellos pacientes que presentan una función renal normal. Por el contrario, estos medicamentos NO están indicados para pacientes que presentan un cuadro de litiasis renal.
  • El tratamiento profiláctico de las crisis en los primeros meses del tratamiento hipouricemiante podría consistir en el consumo de colchicina a una dosis de 0,5 mg a 1mg/día o también en el consumo de un antiinflamatorio no esteroideo (con gastroprotección si es necesario).

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