Fosfomicina: Indicaciones, posología y efectos secundarios

La fosfomicina es una sustancia antibiótica capaz de luchar contra numerosas bacterias.

Usos

La fosfomicina es utilizada para tratar infecciones bacterianas de las vías urinarias, en particular cuando son causadas por la Escherichia coli o Proteus mirabilis. En este caso la fosfomicina se utiliza en dosis única. Debe ser empleada solo cuando el germen ha sido identificado y cuando su eficacia contra este ha sido confirmada.

Propiedades

La fosfomicina es una sustancia capaz de luchar contra bacterias múltiples. Puede concentrarse rápidamente en las orinas para destruir las bacterias que se encuentran allí. Para eso, impide a las bacterias sintetizar su pared celular (inhibición de la encima piruvil transferasa). Permanece activa durante cerca de dos días después de su toma.

Bacterias contra las cuales la fosfomicina es eficaz

Resulta particularmente eficaz contra los Citrobacter, Enterobacter, Enterococcus faecalis, Escherichia coli, Fusobacteriums, Haemophilus influenzae, Klebsiellae, Neisseria meningitidis, Pasteurellae, Proteus mirabilis y vulgaris, Providencia stuartii, Pseudomonas aeruginosa, Salmonelas, Serratiae, Shigellae, Streptococcus pneumoniae y Staphylococcus Meti-R o Meti-S. Sin embargo, las resistencias bacterianas a la fosfomicina son frecuentes y varias especies no son sensibles a ella.

Efectos secundarios

La fosfomicina es susceptible de causar efectos secundarios. Los más frecuentes observados son náuseas, diarrea y reacciones alérgicas (erupciones cutáneas). Sin embargo, estos efectos secundarios desaparecen rápidamente sin necesidad de un tratamiento particular.

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