Leucemias del niño: Tratamientos

El tratamiento de las leucemias del niño varía según las formas agudas o crónicas de la enfermedad. Según los casos, comprende una quimioterapia que asocia varios medicamentos, un injerto de médula ósea o una terapia enfocada.

Definición

La leucemia designa un conjunto de afecciones cancerosas que tienen origen en la médula ósea, sitio de fabricación de las células sanguíneas. Las células fabricadas en la médula ósea pueden volverse células madre mieloides, (glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas) o células madre linfoides, transformándose en linfocitos, un tipo de glóbulo blanco.

La leucemia se desarrolla cuando las células madre sanguíneas presentes en la médula ósea fabrican células sanguíneas anormales. Su proliferación impide la acción normal de los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas.

La leucemia representa cerca de un tercio de los cánceres del niño en Europa.

Los diferentes tratamientos

Tratamientos de las leucemias linfoblásticas agudas (LLA)

El tratamiento de las leucemias linfoblásticas agudas (LLA) se basa en la administración de varios medicamentos de quimioterapia utilizadas en combinación.

La administración de medicamentos se efectúa por vía venosa, antes del inicio del tratamiento, un catéter es insertado en una arteria (a nivel del cuello o del tórax) durante una pequeña intervención quirúrgica.

El tratamiento de las LLA se desarrolla en un periodo promedio de 2 a 3 años y se realiza en 3 fases.

La fase de inducción del tratamiento, de una duración de 35 días, necesita una hospitalización. El objetivo de este tratamiento es destruir el máximo número de células leucémicas. Asocia cuatro medicamentos: tres moléculas antitumorales (vincristina, daunorubicina y asparagina) y corticoides.

En el 98 %, la fase de inducción provoca una remisión completa de los principales síntomas, pero debe ser seguida por otros tratamientos, con el fin de aumentar las posibilidades de curación.

Una fase de consolidación y de intensificación del tratamiento (4 a 8 meses), realizada en hospitalización de un día, se basa en los mismos medicamentos de quimioterapia y puede incluir otras moléculas antitumorales, como ciclofosfamida, etopósido, metotrexato, mercaptopurina y citarabina.

Es seguido por una fase de mantenimiento que asocia dos medicamentos administrados por vía oral como metotrexato y mercaptopurina. Esta fase permite un retorno del niño a sus actividades normales (por ejemplo: recuperación de la escolaridad).

Para evitar los riesgos de afección del sistema nervioso central por las células leucémicas, uno de los riesgos del LLA, un tratamiento preventivo por inyecciones llamadas intratecales de quimioterapia es puesta en ejecución. Es administrado por punciones lumbares practicadas para extraer el líquido cefalorraquídeo y verificar la ausencia de células leucémicas. El pronóstico de leucemias agudas linfoblásticas del niño es más favorable ya que la tasa de curación sobrepasa actualmente el 80 %.

Tratamiento de las leucemias mieloblásticas agudas (LMA)

El tratamiento de las leucemias mieloblásticas agudas es más breve que el de las leucemias linfoblásticas agudas, pero es más intenso. Asocia una poliquimioterapia y, de ser necesario, un injerto de médula ósea, que a menudo necesita una estancia en un cuarto esterilizado.

La fase de inducción de la poliquimioterapia es más pesada y pasa por la administración por vía intravenosa de una antraciclina (mitoxantrona, daunorrubicina o idarubicina) y de una citarabina, durante 7 días.

Si el tratamiento es intenso, una respuesta completa es obtenida en el 90 % de los casos al cabo de 40 días.

Un injerto de médula ósea puede ser contemplado al término de esta fase. Se intensifica el tratamiento de quimioterapia y participa en la destrucción de las células leucémicas residuales. Necesita la existencia de un donante de médula compatible, la mayoría de las veces un hermano o una hermana o en ciertos casos un donante no emparentado.

Si el injerto no es posible (ningún donante compatible), la fase de consolidación se basa en nuevas curas de quimioterapia. Pueden ser completadas por un tratamiento por interleucinas 2 (IL-2), molécula que permite estimular el sistema inmunitario del paciente. Este tratamiento se extiende por una duración de un año.

Tratamiento de las leucemias mieloides crónicas (LMC)

El tratamiento de las leucemias mieloides crónicas se basa en el imatinib, un medicamento administrado por vía oral que bloquea de manera específica la multiplicación de las células leucémicas. No afecta las células sanas.

Por lo general, es bien tolerado, aunque tiene riesgos de efectos secundarios graves (pero raros), permite obtener una desaparición casi completa de las células anormales.

El dasatinib y el nilotinib, dos moléculas de la misma familia de medicamentos recientemente han sido desarrollados y pueden ser propuestos a los pacientes jóvenes que no responden al imatinib.

En caso de fracaso de los tratamientos o de evolución de la enfermedad en forma aguda, un aloinjerto de células madre hematopoyéticas puede ser contemplado si existe un donante compatible.

Tratamiento de las leucemias mielomonocíticas juveniles

El tratamiento de primera intención se basa en la administración por vía oral de Purinethol (molécula: mercaptopurina), un medicamento que pertenece a los anticancerígenos de la clase de los antineoplásicos.

Su acción impide el crecimiento de las células cancerosas. Este medicamento es utilizado para disminuir la intensidad de los síntomas relacionados a la leucemia.

El único tratamiento curativo de una leucemia mielomonocítica juvenil es el aloinjerto de células madre hematopoyéticas.

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Foto: © Luk Cox - Fotolia.com

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