La bomba sodio-potasio es responsable del mantenimiento del equilibrio hídrico en el organismo, de la contracción de los músculos estriados y lisos, del mantenimiento de la presión sanguínea y de la transmisión del flujo nervioso en el seno de las neuronas. Para ello, esta proteína transporta los iones sodio al exterior de una célula y hace entrar los de potasio utilizando la energía de la degradación del ATP. La célula se encuentra, entonces, despolarizada. La proteína es particularmente activa durante un esfuerzo físico.