Problemas de erección

La mayoría de los hombres han sufrido algún problema de erección de forma ocasional. No debe dársele mayor importancia y consultar a un médico si el problema persiste.

Qué es la erección masculina y cómo se produce

El término disfunción eréctil ha reemplazado desde hace varios años a aquello que denominábamos impotencia. Actualmente, la mayoría de los médicos y de los hombres implicados consideran que el término impotencia es peyorativo.

La disfunción eréctil es la dificultad o la imposibilidad total, de tener o de mantener una erección que posibilite relaciones sexuales satisfactorias o lo suficientemente duraderas. La disfunción eréctil puede aparecer de forma puntual, episódica o bien convertirse en algo habitual, a veces incluso permanente. Este trastorno se vuelve más frecuente con la edad y en los hombres que fuman, beben alcohol y/o tienen sobrepeso.

Un hombre tiene un problema de erección cuando es incapaz de mantener una erección rígida y duradera, no puede penetrar a la compañera sexual o la erección se interrumpe rápidamente después de haber penetrado a la pareja sin haber eyaculado.

Por qué la disfunción eréctil sigue siendo un tema tabú

La sexualidad forma parte integral de la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de eso, la disfunción eréctil sigue siendo tabú para muchos hombres y, a veces, incluso para los miembros del cuerpo médico.

La disfunción eréctil afecta a la autoestima y es una ofensa a la virilidad. Los hombres afectados por este tipo de problema se sienten desvalorizados y corren el riesgo de sufrir un fracaso amoroso tras otro. A los hombres les da vergüenza abordar la cuestión, se angustian y no se atreven a afrontar el problema, agravando así la situación. También ignoran que pueden ser tratados y no se benefician de tratamientos que pueden ayudarles a superar esta situación.

Asimismo, muchos hombres sufren impotencia pasajera debido al estrés, al agotamiento o al cansancio. No obstante, algunos afectados entran en un círculo vicioso: el miedo a volver a revivir aquella situación les angustia, perturbando todavía más la siguiente erección. Este círculo vicioso puede hacer que un problema que se encuentra en una etapa episódica llegue a cronificarse si no se soluciona a tiempo.

Los problemas de erección siempre tienen repercusiones en el equilibrio psicológico: una buena erección aporta más confianza en uno mismo y permite una sexualidad feliz.

Los expertos recomiendan acudir a un médico lo antes posible en caso de disfunción eréctil para que este problema pueda ser solucionado. El primer paso consiste en atreverse a hablar del problema con el médico.

Cuántos españoles sufren disfunción eréctil

El 42 % de los españoles sufre disfunción eréctil, según un estudio para la detección de las disfunciones sexuales a pacientes de atención primaria realizado por los médicos murcianos Luis García-Giralda y Lorenzo Guirao, éste último fallecido recientemente.

De entre los trastornos sexuales estudiados, la disfunción eréctil es el más frecuente en España, seguido del trastorno del orgasmo (24 %) y la falta de apetito sexual (21 %).

Los gallegos, castellano-leoneses y navarros son los que más lo padecen y los aragoneses, castellano-manchegos y valencianos son los que menos.

Asimismo, los estudios confirman que la disfunción eréctil aumenta con la edad. Así, este problema solo afecta al 17 % de los hombres de entre 18 y 40 años. En cambio, el 47 % de los hombres de entre 40 y 70 años sufre disfunción eréctil y a partir de los 70 años afecta al 72 %.

Los problemas de erección aparecen en casi todos los hombres en algún momento de sus vidas. Las erecciones espontáneas son menos frecuentes con los años, la erección tarda un poco más en venir y la rigidez del pene es de menor calidad. El tiempo necesario entre dos erecciones es también más largo.

Un escaso porcentaje de los hombres que sufren impotencia afrontan el problema: la gran mayoría no consultan a nadie porque sienten vergüenza y piensan que no existen tratamientos eficaces. Los hombres más mayores piensan que la aparición de esta molestia es normal y definitiva.

Qué hacer ante un problema de erección

En primer lugar, el hombre debe verificar que no existe una ausencia de deseo hacia la pareja. También debe comprobar si tiene erecciones involuntarias y espontáneas durante la noche o el día. De ser así, el problema de erección probablemente tenga una causa psicológica.

Asimismo, el médico debe descartar que la disfunción eréctil proceda del consumo de ciertos medicamentos.

La actitud de la pareja es muy importante. La mayor parte de las compañeras adopta una actitud positiva e invita a su compañero a consultar a un médico lo antes posible pero otras se sienten culpables ante este problema. Algunas saben que no son las causantes del problema y terminan por resignarse si su compañero no busca una solución.

Principales causas de la disfunción eréctil

El el 80 % de los problemas de disfunción eréctil tienen una causa médica mientras que el 20 % se debe a causas psicológicas.

Los trastornos hormonales como la androginia o la andropausia se acompañan de una disminución del deseo y de las erecciones nocturnas y matinales. También producen una disminución de la hormona testosterona.

Las placas de ateroma representan la primera causa de disfunción eréctil de origen orgánico. En efecto, el depósito de placas de ateroma en las paredes de las arterias que inundan el pene puede provocar un estrechamiento de las arterias e impedir que la sangre fluya normalmente y se pueda mantener una erección. El término ansiedad peneana o angina del pene se utiliza a menudo para definir esta anomalía.

Los principales factores de riesgo del ateroma son: el tabaquismo crónico, el aumento del colesterol, la hipertensión arterial y la diabetes (multiplica por tres el riesgo de padecer disfunción eréctil).

Un hombre con disfunción eréctil puede tener obstruidas las arterias que riegan el pene. Es, pues, necesario verificar que las arterias que riegan el corazón, los miembros inferiores y el cerebro no están obstruidas ya que esta patología podría poner en peligro la vida del afectado.

La insuficiencia renal es una causa muy frecuente: más del 40 % de los hombres que padecen insuficiencia renal crónica también sufren disfunción eréctil.

Del mismo modo, ciertos medicamentos como los hipotensores, los psicotrópicos y los medicamentos para prevenir las convulsiones son responsables de muchos problemas de erección.

Las anomalías neurológicas como, por ejemplo, los accidentes vasculares cerebrales, los traumatismos de la médula espinal y las lesiones en los nervios erectores después de una intervención quirúrgica en la próstata (prostatectomía) también pueden causar disfunción eréctil, así como las enfermedades degenerativas (esclerosis en placas y enfermedad de Parkinson).

El alcoholismo crónico es el causante de más del 50 % de las disfunciones eréctiles, así como el tabaquismo, el cansancio y el estrés. La edad es otro factor que hay que tener en cuenta ya que a partir de los 50 años, un hombre necesita más tiempo y más estimulación para obtener una erección satisfactoria.

Disfunción eréctil por ansiedad

La disfunción eréctil puede tener un origen psicológico o aparecer cuando la persona está pasando por un periodo de fuerte estrés y ansiedad.

En efecto, los problemas de erección están relacionados, en muchos casos, con el miedo a no dar la talla en la cama y a decepcionar a la pareja. La presión social y mediática a la que se ve sometido el varón para alcanzar el el éxito en todos los dominios (especialmente en aquellos referentes a la sexualidad) suele ser un factor desencadenante de la disfunción eréctil.

Por otra parte, también afectan a la calidad de la erección factores como la depresión, la timidez o inhibición, la homosexualidad reprimida, una identidad sexual problemática, traumatismos o violencia sexual.

Los problemas de pareja pueden ser causa de un trastorno de erección. Si la pareja ya no funciona debido al desgaste, a la pérdida de deseo y a la rutina, la erección puede ser imposible.

La disfunción eréctil de origen psicológico permite las erecciones espontáneas nocturnas y matinales.

Hablar con la pareja puede desbloquear la situación, ya que muchas mujeres convencen a su pareja para que consulte a un médico. Además, los problemas de erección pueden tener repercusiones tanto en el plano personal y privado como en el plano profesional.

Problemas de erección a los 30 años

El 5 % de los varones tienen problemas de erección a una edad temprana (entre los 20 y los 39 años). A esta edad, el problema suele tener un origen psicológico como resultado de un trastorno de ansiedad o de nervios debido a las altas expectativas que el varón se marca durante una relación sexual.

La obesidad, la depresión o la ingesta excesiva de alcohol o drogas puede desencadenar un problema de erección, así como el uso de condones y su colocación en el momento de la penetración.

Problemas de erección a los 40 años

Los problemas de erección pueden ser un síntoma precoz de enfermedad cardiovascular. De hecho, los hombres que padecen disfunción eréctil tienen mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular varios años mas tarde.

El óxido nítrico juega un papel importante en la erección. Dicho de otro modo, a más óxido nítrico mejores erecciones. El organismo produce menos óxido nítrico en caso de obesidad o tabaquismo y aumenta su producción con la práctica de ejercicio físico y de una dieta equilibrada. En este sentido, la dieta mediterránea es muy recomendable ya que es rica en antioxidantes y ácidos grasos que mejoran la permeabilidad de los vasos sanguíneos.

Tratamiento de la disfunción eréctil

Seguir una dieta variada y equilibrada en la que no tengan cabida las comidas procesadas, los dulces y alimentos excesivamente salados es muy importante para mejorar los problemas de erección.

Alimentos como las verduras de hoja verde, el café negro, las frutas, el chocolate negro, los frutos secos como las nueces, las semillas, el marisco o el yogur griego pueden mejorar la erección. Beber un vaso de zumo de remolacha, dos o tres horas antes de la relación sexual también puede ayudar pero los hombres que toman medicamentos para la angina de pecho no deberían beber este preparado.

Para prevenir la disfunción eréctil, la hormona testosterona debe mantenerse dentro de unos niveles normales. Esto se consigue evitando el sobrepeso, siguiendo una dieta rica en zinc (presente en el pescado, la carne, el yogur, el queso crudo, las judías y la leche cruda), disminuyendo el aporte de azúcares, haciendo ejercicio físico y disminuyendo el estrés. El estrés aumenta los niveles de adrenalina en la sangre y provoca la constricción de los vasos sanguíneos.

Controlar el colesterol en sangre y la presión arterial es esencial para una buena erección ya que ambos pueden impedir que llegue el flujo de sangre que el pene necesita para mantenerse erecto. El ejercicio físico también facilita el riego sanguíneo.

Asimismo, los problemas de erección pueden estar vinculados a relaciones sexuales demasiado rápidas o arriesgadas. Además, determinadas posturas sexuales pueden lesionar el pene así que es importante no correr riesgos innecesarios. En cambio, los ejercicios de Kegel fortalecen la musculatura y mejoran la erección.

El Erection Hardness Score (HES) es una herramienta que mide la rigidez y la calidad de una erección. También permite evaluar la eficacia del tratamiento médico propuesto.

El resultado se evalúa en una escala de 1 al 4: el 1 representa la ausencia de erección. El 2 indica que el pene está rígido pero no permite la penetración. El 3 indica que el pene está rígido y permite una penetración de calidad media. Una puntuación de 4 indica que la rigidez del pene es completa, por tanto el hombre no sufre disfunción eréctil.

Remedios caseros para la disfunción eréctil o impotencia

El consumo de ginseng rojo es beneficioso pero produce efectos secundarios como el aumento de la frecuencia del corazón, las cefaleas, las erupciones, los mareos o el incremento de la presión arterial. Asimismo, su consumo está contraindicado cuando se toman ciertos fármacos anticoagulantes, antihipertensivos o inhibidores de la monoanimoxidasa.

También se debe evitar colocar el ordenador encima de las partes íntimas.

La L-arginina puede ayudar a controlar los problemas de erección aunque tampoco está exenta de riesgos ya que su uso está vinculado a hemorragias, desequilibrios de potasio en la sangre y disminución de la presión arterial o del azúcar en la sangre.

Qué es la eyaculación precoz

Se considera eyaculación precoz cuando esta se produce varios segundos después de la penetración porque el hombre no es capaz de controlar su excitación. La eyaculación precoz puede tener un origen psicológico o aparecer como consecuencia de un problema psicológico.

El hombre se siente culpable por no ser capaz de decidir el momento de la eyaculación y crea alrededor de él un círculo vicioso: el estrés que siente favorece la eyaculación precoz que provoca, a su vez, cierta angustia que agrava esta eyaculación precoz.

Este trastorno puede poner en peligro la relación de pareja. Ahora bien, algunos hombres eyaculan precozmente solo con algunas mujeres y no tienen problemas con otras compañeras.

La motivación y la paciencia son indispensables para solucionar este problema. No hay que dejar que se cronifique. En la mayoria de los casos se resuelve con la consulta a un sexólogo en compañía de la pareja.

Los ejercicios de reeducación y aprendizaje de la sexualidad pueden ayudar a muchos hombres que sufren eyaculación precoz.

Algunos hombres logran controlar la eyaculación mediante la práctica de ejercicios durante la masturbación. Uno de estos ejercicios consiste en mantener la excitación el mayor tiempo posible antes de la eyaculación.

En algunos casos, el médico prescribe ciertos antidepresivos en pequeñas dosis, pero tienen que tomarse durante mucho tiempo para que hagan efecto. Estos fármacos logran retardar la eyaculación varios minutos. La aplicación de cremas anestesiantes en el glande también puede retardar la eyaculación.

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