Disminución de la libido

En el deseo sexual —también conocido como apetito sexual o libido— intervienen muchos factores, tanto emocionales como físicos.

Qué es la falta de libido

La palabra libido define el deseo sexual de los seres humanos, es diferente en cada persona y su disminución se puede deber a diferentes causas. El deseo depende de numerosos factores, como nuestra cultura e historia personal, las dificultades profesionales, los problemas de la vida diaria o la disponibilidad. La falta o la disminución del deseo, situación a menudo difícil de explicar, provoca una reducción o una pérdida total del interés por la sexualidad que impide una felicidad personal.

Es importante saber que una disminución del deseo puede ser transitoria. Existen soluciones, pero hay que poder hablar de este tema íntimo y expresar los sentimientos. No tener actividad sexual hace que ciertas personas se sientan desgraciadas, mientras que otras olvidan progresivamente esta parte de su existencia. Es imprescindible comprender y aceptar que es posible tener una sexualidad que nos satisfaga sin realizar el acto sexual con penetración. Caricias, mimos, besos, ternura, compartir, amor, confianza, intercambios, todo esto forma parte de la sexualidad y son inseparables del deseo.

Falta de deseo sexual en hombres

Después de la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, el tercer problema sexual en los hombres es la disminución de la libido. Entre las causas más frecuentes, se encuentra el estrés (especialmente, el laboral), el cansancio, la depresión, las relaciones sexuales monótonas en las parejas que tienen muchos años juntas o los problemas dentro de la pareja.

La disminución de la libido afecta especialmente a los hombres entre los 30 y los 40 años de edad. Otras causas responsables son los problemas de disfunción eréctil o la eyaculación precoz; las alteraciones de la tiroides; la toma de algunos medicamentos como los antidepresivos y ciertos fármacos para la hipertensión o la próstata. Mientras que los niveles anormales de prolactina (la hormona que produce la leche) o los niveles bajos de testosterona pueden provocar la andropausia masculina que puede cursar con una bajada de la libido.

Falta de deseo sexual en la mujer

El deseo sexual de la mujer no aparece al mismo tiempo que el del hombre. En la mujer, el deseo sexual aumenta en función del ciclo menstrual. Por lo general, es más intenso durante la ovulación y antes de la aparición del flujo menstrual. Además, la disponibilidad de una persona no siempre coincide con la disponibilidad de su pareja.

Pueden influir ciertos problemas ligados a su imagen personal, como disminución de su autoestima por un aumento de peso; adoptar hábitos poco saludables, como no hacer ejercicio; la toma de contraceptivos hormonales o antidepresivos; el estrés y el cansancio debido a las muchas responsabilidades que tiene que asumir (doble vida: laboral y familiar); mala calidad de sueño, como el insomnio; niveles altos de la hormona prolactina después del parto; conflictos en la pareja y la falta de comunicación.

La disminución de la libido afecta principalmente a las mujeres. Rara vez, abordan este aspecto íntimo de la vida y, por desgracia, sigue siendo un tema tabú en muchas sociedades. "No tengo ganas" es probablemente una de las frases más pronunciadas por las mujeres cuando consultan con un sexólogo. Esta pérdida de deseo se va instalando poco a poco, después termina por enquistarse profundamente. Provoca una gran tristeza, a veces un sufrimiento y una falta de confianza en sí mismas.

Por qué se pierde el deseo de tener relaciones

Cuando hay una disminución del deseo, es indispensable comprender los mecanismos y las causas. Son muchas las personas que dejan pasar la situación sin hacerse las verdaderas preguntas, "¿volverá?" piensa la mayoría de las personas afectadas. Esto puede ser verdad para ciertas parejas. Pero, muy a menudo, la situación se va instalando de forma insidiosa.

En otras ocasiones, las expectativas que no se expresan o que se expresan mal pueden provocar una disminución del deseo. Por ejemplo, una persona que no es acariciada como desea y que nunca se lo ha dicho a su pareja corre el riesgo de dejar el deseo poco a poco. Ignorar el problema y adoptar la política del avestruz no hace más que agravar el problema en muchas parejas. Hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo pase, más difícil es superarlo.

Por qué se acaba el deseo en la pareja

Otra posible causa es no saber los deseos del otro. La disminución del deseo provoca una reducción de la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales. Las razones de un descenso del deseo pueden ser numerosas. Puede ser provocado por una presión muy importante, un estrés permanente, un conflicto difícilmente soportable, una sobrecarga de trabajo, una depresión, el desgaste de la pareja, una infección o una enfermedad. La forma de vida actual, más estresante, la sobrecarga de trabajo, la voluntad de tener éxito en todo, la multiplicación de actividades deportivas, niños que requieren tiempo, viajes más frecuentes, poco a poco generan una falta de tiempo dedicado a la sexualidad.

La disminución de la pasión, que afecta a un gran número de parejas después del paso de los años, es una de las razones más frecuentes de la reducción del deseo. Poco a poco, la excitación es más difícil de obtener, lo que provoca que uno de los dos miembros de la pareja se sienta insatisfecho. Tener relaciones sexuales en el mismo lugar, generalmente en su habitación, y siempre de la misma manera puede hacer que la sexualidad se convierta en algo rutinario y triste, lo que provoca una disminución del deseo. Frustración, culpabilidad, cólera o incomprensión pueden instalarse de manera progresiva. Uno o ambos acaban por acomodarse (o fingir que se acomodan) en esta situación. También puede ocurrir que el problema se convierta en algo inaceptable para uno o los dos y conduzca a una separación.

Qué hacer cuándo se baja la libido

Atreverse a hablar de ello es importante. No hay que dudar en expresar el problema, abordarlo sin complejos y ser bien consciente de que negarlo o evitarlo puede hacer que nos sintamos desgraciados, menos felices y terminar con la pareja. Es importante no esperar, no hay que perder el tiempo, no esperar meses, incluso años, antes de que sea demasiado tarde para reaccionar. Al hablar con la pareja, el médico o los amigos ganamos tiempo.

La pareja es la persona más implicada, siente las angustias, las dudas y se da cuenta rápidamente de que "ya no tienes ganas de él o ella". Forzarse a tener relaciones no es la solución porque se puede volver insoportable y generar un empeoramiento de la situación. Hablar de este tema juntos, explicar las dudas y expresar las angustias puede ser muy beneficioso. Para la excitación es importarte compartir el disfrute y el orgasmo.

Qué hacer cuando tu pareja pierde el deseo

No dudes en hablarlo con el médico, si existe la confianza. Liberarnos de nuestras angustias, exprimir nuestros temores y quitarnos la culpa nos permite ganar tiempo. La consulta con el médico puede ser un momento apropiado para abordar la problemática de la sexualidad. El médico puede ayudar a descartar que exista alguna causa física para esta disminución del deseo, como una infección, un tratamiento con medicamentos o un problema de erección, entre otros. Además, no olvides que con hablar ya se mejora algo.

Discutir con otras personas que tengan o hayan tenido las mismas dificultades puede ayudar a darnos cuenta que no somos casos únicos, que otras personas han pasado también por situaciones parecidas. Por otro lado, también podemos intercambiar y compartir nuestras experiencias y quizás recibir ciertos consejos. Pero sé prudente, ya que los foros a veces pueden revelar sorpresas.

En caso de que no puedas hacer frente a este problema con la pareja, el médico o los amigos, no dudes en consultar con un sexólogo.

Cómo recuperar el deseo por mi pareja

Cuando se practica ejercicio de forma regular mejora la circulación de la sangre, disminuye el estrés y aumenta los niveles sanguíneos de la hormona testosterona. Por otra parte, una dieta rica en zinc, pobre en azúcares y rica en proteínas; no fumar; la ingesta de L-Arginina o aminoácido (produce proteínas); la inclusión de grasas esenciales en la alimentación (por ejemplo, el Omega 3) favorecen la circulación sanguínea. Mientras que utilizar técnicas de relajación para bajar el nivel de estrés (como yoga o meditación) y dormir bien pueden ayudar a incrementar la libido.

Foto: © Hugo Felix – Shutterstock.com

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