Cuál es el tratamiento del asma

El asma es una enfermedad crónica que necesita en muchas ocasiones un tratamiento de fondo (tratamiento crónico) asociado a una vigilancia regular, incluso si el paciente no siente ninguna manifestación.

Cuántas personas padecen asma en el mundo

El asma es una de las enfermedades respiratorias crónicas más frecuentes en el mundo. Se calcula que unos 300 millones de personas lo padecen, aunque a menudo no se diagnostica correctamente. El asma puede compararse con la diabetes o la hipertensión arterial, es decir, patologías crónicas cuyo tratamiento es de largo plazo.

Asma bronquial: causas

No se conocen todas las causas que pueden ser responsables de la aparición del asma. Sin embargo, entre las causas más frecuentes se encuentra una alergia mal cuidada, la exposición a pinturas o cáusticos (producto que quema) en el trabajo, los cambios climatológicos, ciertos medicamentos como la aspirina y la contaminación excesiva. Por su parte, la alimentación es una causa presente, sobre todo, en los niños pequeños que se sensibilizan especialmente al pescado y a los colorantes. También la predisposición hereditaria, ya que el asma es una enfermedad en la que se encuentra con frecuencia un factor hereditario por parte del padre o la madre. Debido a estas causas el asma es una patología que va en aumento en todos los países.

Asma bronquial: síntomas

Tres síntomas son los más importantes y frecuentes en un paciente asmático: los silbidos en el pecho o sibilantes, la tos y la falta de aire o disnea (sensación de ahogo). Lo más habitual es que los síntomas del asma aparezcan en forma de episodios a cualquier hora del día. Aunque es característico y muy frecuente que aparezcan, sobre todo, por la noche o la madrugada.

Consecuencias del asma

A nivel de los bronquios, se encuentran tapones de moco, abundantes eosinófilos (tipo de glóbulo blanco o leucocito) y los cristales de Charcot-Leyden (acúmulos de cristaloides fabricados con las proteínas de las membranas de los eosinófilos). La membrana basal del epitelio que recubre los bronquios aparece engrosada y se produce un edema e infiltrados inflamatorios en sus paredes. También existe una hipertrofia de las glándulas de la submucosa y del músculo liso bronquial responsable de la broncoconstricción, lo que provoca la sensación de ahogo.

Objetivos del tratamiento del asma

Existen 5 objetivos fundamentales a la hora de tratar un asma: controlar los síntomas lo mejor posible; disminuir las exacerbaciones o crisis; conseguir mantener los parámetros de la función pulmonar dentro de la normalidad; lograr que el asmático lleve una vida normal, incluido el deporte o la actividad física; y utilizar la mínima cantidad de medicamento posible para evitar los efectos secundarios.

Medicamentos broncodilatadores para el asma

Los medicamentos broncodilatadores de acción breve y rápida se prescriben para aliviar una crisis de asma o los episodios de tos, equivalentes menores del asma. Actúan contra el cierre de los bronquios y les permiten dilatarse.

El paciente experimenta una mejora en la mayoría de los casos minutos después de la administración, lo que le ayuda a respirar mejor. La acción dura entre cuatro a seis horas. Los medicamentos broncodilatadores se utilizan igualmente antes de realizar ejercicio físico con el objetivo de evitar la aparición de molestias en personas que presentan un asma provocado por el ejercicio.

Los medicamentos broncodilatadores provocan a veces taquicardia (aceleración de los latidos del corazón) que disminuyen, en general, rápidamente. En ocasiones se necesita la opinión de un cardiólogo si estas manifestaciones se agravan o si existen anomalías cardiacas. Muchas personas tienen miedo de tomar este tipo de producto porque "son malos para el corazón" y "de todas maneras no sirven para nada". Los médicos dedican mucha energía para convencer a los pacientes para que utilicen este tipo de productos.

Para utilizar bien los medicamentos broncodilatadores de acción rápida, es necesario comprobar que el producto no esté vacío y que no haya caducado. Un inhalador debe desecharse un año después de ser utilizado por primera vez: aunque le quede producto debe tirarse. Hay que tener varios envases a la mano (en el domicilio, en el coche, en el trabajo) para poder utilizarlos en caso de aparición de una crisis.

La dosis del medicamento broncodilatador depende de cada persona y de la gravedad del asma. Estos medicamentos se usan durante períodos cortos. El consumo de más de 4 inhalaciones por semana de broncodilatadores de acción rápida significa que el asma no tiene un buen control y que es necesario consultar con el médico. La necesidad de aumentar las dosis del producto —a veces hasta 12 o 15 inhalaciones al día— debido a la ineficacia de las dosis inhaladas demuestra un agravamiento del asma, por lo que es necesario hacer una consulta de urgencia.

Broncodilatadores de acción de larga duración

Los medicamentos broncodilatadores de larga duración cada vez se prescriben más en el tratamiento de fondo del asma, al contrario que los broncodilatadores de acción rápida que se utilizan en caso de aparición de molestia súbita. Se prescriben en ciertos pacientes asmáticos, que reciben asociados a un tratamiento antiinflamatorio inhalado.

A veces se utilizan otros medicamentos. Los medicamentos anticolinérgicos y la teofilina, que ya se prescribían hace una veintena de años.

Consejos para utilizar los aerosoles dosificadores

La utilización de aerosoles dosificadores permite al medicamento alcanzar directamente las vías respiratorias. Necesitan del aprendizaje por parte del médico. Estos aerosoles a veces se utilizan mal, lo que disminuye la eficacia de los tratamientos. Es muy frecuente encontrar una mala sincronización entre la presión sobre el envase y la inhalación del aerosol. La presión sobre el envase no siempre se lleva a cabo en un buen momento en relación con la inspiración y el aerosol no penetra hasta el interior de los bronquios y vuelve a salir inmediatamente. A veces la inspiración no se retiene lo suficiente después de la inhalación: hay que contar hasta 10 antes de espirar. Se recomienda empezar a hacer las primeras inhalaciones delante de un espejo con el fin de verificar la ausencia de vaho, que demuestre que se toma el medicamento correctamente.

Existen otros dispositivos que facilitan la penetración de los productos y que evitan la mala sincronización mano-pulmón del aerosol, como los sistemas de inhalación de polvo seco, entre los que se encuentran los Turbuhaler (la persona asmática realiza una rotación del pequeño aparato e inspira una vez que ha escuchado el pequeño ruido), el Diskhaler o el Accuhaler, entre otros.

Corticoides inhalados para el asma

La gran mayoría de los asmáticos tiene un asma que necesita un tratamiento de fondo antiinflamatorio, prescrito durante varios meses, incluso años. Tratar la inflamación crónica, además de que evita que se agrave la enfermedad asmática.

Este tratamiento debe prescribirse desde que el asma se vuelve persistente. Son los asmáticos que necesitan utilizar el broncodilatador de acción rápida más de 4 veces por semana. La dosis y la duración del tratamiento varía según la intensidad de la molestia y las cifras obtenidas en la espirometría (mide el volumen y el ritmo del aire en los pulmones).

Este tratamiento debe adaptarse a cada asmático. Por desgracia, la mayoría de los asmáticos no toman ningún tratamiento de fondo, arriesgándose así a que su enfermedad se agrave.

Los medicamentos con corticoides permiten controlar la inflamación de los bronquios, así como la evolución de la enfermedad hacia un agravamiento, ya que reducen el número y la intensidad de las crisis. En general, estos medicamentos se utilizan en forma de aerosol o de polvo seco.

En pocas ocasiones, se puede dejar el tratamiento antiinflamatorio antes de algunos meses sin que reaparezcan las crisis. Solo el médico que sigue al paciente asmático puede decidir interrumpir este tratamiento.

Estos medicamentos no provocan ninguna sensación de mejora tras varios minutos de haberlo tomado, al contrario que los medicamentos broncodilatadores. Por esta razón, algunos pacientes piensan que estos tratamientos no sirven para nada y dejan de tomarlos. Hay que explicarle muy bien al enfermo su utilidad.

Efectos secundarios de los corticoides inhalados

Los efectos secundarios de estos medicamentos no deben confundirse con los de los corticoides tomados en pastillas, jarabe o inyecciones. Pueden aparecer cambios en la voz (ronquera) o micosis (hongos) en la boca. Numerosos estudios han demostrado que con las dosis habitualmente prescritas, no existe disminución de la curva de crecimiento de un niño o de un adolescente.

Se aconseja aclarar la boca después de la utilización de los corticoides inhalados con el fin de evitar la aparición de estos efectos secundarios.

Corticoides en pastillas

Cuando aparecen crisis graves o cuando se agrava el asma en el transcurso de una bronquitis, por ejemplo, se prescriben medicamentos corticoides en pastillas. En este caso se asocian al tratamiento de fondo con corticoides inhalados y broncodilatadores de larga duración. Las personas que se benefician de este tratamiento son los que tienen, en general, un asma grave que debe vigilarse de cerca.

Este tratamiento suele durar algunos días. En ciertas situaciones, se prescribe durante largos periodos. En este caso, pueden aparecer efectos secundarios típicos de los corticoides como un aumento del apetito, aumento de peso temporal o modificación del humor, entre otros.

Los medicamentos que asocian un broncodilatador de larga duración y un corticoide inhalado —dos medicamentos en uno— facilitan mucho el cumplimiento del tratamiento por parte del enfermo y por ello se recomiendan a menudo a los asmáticos.

Otros tratamientos para el asma

Los antileucotrienos, utilizados en pastilla, bloquean la acción de los leucotrienos, mediadores de la inflamación de las vías respiratorias. Son útiles en la prevención del asma de esfuerzo, así como en el tratamiento de fondo no completamente controlado por los corticoides inhalados.

Los Anti-IgE se prescriben para los asmas graves de origen alérgico. Mientras que los antibióticos se prescriben en los momentos puntuales de infecciones bronquiales.

Fisioterapia para el asma

La fisioterapia respiratoria puede ayudar a los asmáticos y en particular a los bebés y niños de corta edad. Cuando se producen crisis, permite eliminar las secreciones que se acumulan en los bronquios, luchando así contra los tapones bronquiales.

La fisioterapia respiratoria también permite aprender a controlar mejor la respiración, a relajarse cuando aparecen molestias para evitar la angustia durante las crisis que agrava el asma. Estas sesiones también permiten aprender a utilizar correctamente los medicamentos que se administran con los aerosoles dosificadores.

Cámaras de inhalación para el asma

La utilización de las cámaras de inhalación están destinadas, sobre todo, a los niños de corta edad. Esta cámara es un depósito que permite inhalar más fácilmente el producto sin llevar a cabo la sincronización manos-pulmones que los niños y bebés no pueden practicar. Se envía una pulsación de aerosol a través de la entrada de la cámara de inhalación y en el otro extremo se coloca la boca y se realizan entre 5 y 10 inspiraciones y espiraciones profundas. Las cámaras de inhalación de un volumen bastante grande se destinan a los bebés y a los niños de corta edad. Las cámaras de inhalación más pequeñas están recomendadas para los niños más mayores, a partir de los 4 o 5 años aproximadamente.

Curas termales para el asma

Las curas termales pueden ayudar a los asmáticos, aunque no hay ningún estudio científico que haya demostrado su eficacia. El efecto psicológico aportado por la cura se sobreentiende que es muy benéfico, ya que los asmáticos son tratados diariamente y reciben cuidados que les permiten relajarse y sentir menos molestias.

Esta estancia en condiciones climáticas favorables les permite estar controlados, practicar ciertas actividades deportivas y recibir una educación más específica. El control del paciente, a nivel físico y psicológico, le permite aprovechar mejor el tratamiento y tomar conciencia de la necesidad de que se realice un seguimiento regular. Pero las personas asmáticas deben saber que las curas termales no pueden resolver definitivamente el problema del asma ni desaparecer la enfermedad. En la mayoría de los casos, los tratamientos deben llevar un seguimiento.

Un asmático que viene de una cura termal puede ser víctima de una recaída en los días siguientes a su vuelta al domicilio debido a su contacto con los ácaros, por ejemplo, menos abundantes en los establecimientos donde se realizan las curas termales. Hay que ser consciente en todo momento de que una cura no hará desaparecer el asma.

Tratamiento de la alergia

Cuando una o varias alergias intervienen en el mecanismo del asma, debe comenzarse el tratamiento de estas alergias. Es necesario tratar la rinitis alérgica para evitar la aparición de un asma. Hay que llevar a cabo las medidas de prevención necesarias en caso de alergia confirmada a los ácaros, al polen o a los animales, por ejemplo. También se puede realizar una desensibilización.

Numerosos asmáticos dejan sus tratamientos

Las cifras son abrumadoras: más de la mitad de los asmáticos no cumplen los tratamientos prescritos por sus médicos. La persona asmática tiene muchas dificultades para aceptar que sufre una enfermedad crónica con la que debe aprender a vivir y a ser tratado durante mucho tiempo, probablemente el resto de su vida.

La duración del tratamiento es una noción difícil de aceptar para un enfermo que tiene tendencia a escapar e interrumpir su tratamiento en cuanto se sienta mejor. La ausencia de manifestaciones no incita a los enfermos a continuar con su tratamiento de fondo. Según un estudio de la asociación "Asma" llevado a cabo a 4.000 asmáticos, solo el 65 % lleva una vida normal y cerca de la mitad tiene el sueño perturbado por las molestias respiratorias.

La frecuencia de las consultas de seguimiento depende de la gravedad del asma, el carácter alérgico y la capacidad del paciente para respetar las medidas terapéuticas propuestas. A veces, son necesarios varios meses para convencer a los asmáticos de tomar sus tratamientos de fondo, sobre todo, si no sienten molestias o si no tienen crisis. El médico debe dedicar mucha energía y no debe tener miedo de repetirse para que el paciente no deje el tratamiento cuando se sienta mejor.

Un asmático se siente rápidamente tentado a interrumpir su tratamiento, si su enfermedad no le provoca muchas molestias. Al contrario de las personas que toman medicamentos durante años contra la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia o la diabetes, por ejemplo, la mayoría de los asmáticos no acepta seguir el tratamiento durante tanto tiempo.

Asma: tratamientos caseros

La cebolla (propiedades antiinflamatorias y analgésicas), el limón (propiedades desintoxicantes) y la miel (propiedades antisépticas y antibióticas) hacen que su combinación sea un buen aliado para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar las enfermedades respiratorias.

El café es un broncodilatador y la cafeína puede reducir los síntomas del asma de forma temporal. Tomar dos tazas de café al día puede ayudar a prevenir los síntomas del asma. Deben vigilarse las personas que, además de tener asma, son hipertensas o sufren problemas de corazón.

El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que tomar té de jengibre es un buen remedio para controlar el asma. La cúrcuma puede ayudar a tratar el asma por sus propiedades antiinflamatorias y antifúngicas, así como el eucalipto que tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.

Prevención del asma

El asma es una enfermedad que no se puede prevenir. Sin embargo, ciertas medidas pueden ayudar a controlar la enfermedad y prevenir la aparición de las crisis y de los síntomas. Entre otros factores a tener en cuenta, se encuentra el buen cumplimiento del tratamiento que haya prescrito el médico, la correcta utilización de los inhaladores, identificar y evitar siempre que sea posible exponerse a las circunstancias o a los productos que empeoren el asma (los factores que desencadenan el asma) y acudir a las visitas de control con el médico de forma periódica.

Es importante tener en cuenta que no se debe evitar la actividad física para mantener un estilo de vida saludable. A menudo se recomienda llevar un registro de los síntomas de asma acompañado o no de un registro del Peak Flow (medidor de flujo espiratorio) diario por parte del paciente.

Foto: © wavebreakmedia – Shutterstock.com

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